La trascendencia de "Recordando a Felipe Pirela" ("Recordando a Felipe Pirela") lo convirtió en uno de los álbumes más exitosos de Héctor Lavoe con Fania Records.
La producción sirve como dedicación y homenaje al fallecido Felipe Pirela, un talentoso cantante de boleros venezolanos que posee una voz espectacular y un escritor brillante de canciones románticas latinoamericanas. Su voz sedujo a cientos de miles de fanáticos que se identificaron con él, bautizándolo como "La estrella del bolero de las Américas". Héctor Lavoe era un gran admirador de Pirela como persona y artista. Desde la muerte de Pirela, Lavoe había tenido el deseo de expresar su admiración y respeto por el artista, ¿y qué mejor manera de hacerlo que cantar sus canciones?
La idea tomó forma y encontró apoyo en Willie Colón, quien produjo varios de los álbumes en solitario más exitosos de Héctor Lavoe. Totalmente consciente de la trayectoria, el talento y el potencial de Lavoe, Colón acordó de inmediato trabajar en el proyecto, lo que requería una inmensa responsabilidad. También pudo visualizar el impacto que tal álbum tendría entre los amantes del bolero y los fanáticos de Felipe Pirela y Héctor Lavoe por igual. La discografía de Felipe Pirela cuenta con más de 30 álbumes, de los cuales Héctor Lavoe seleccionó algunos de sus números más representativos, incluyendo "Vieja carta", escrita por Salvador Flores; "El infierno", escrito por Mario de Jesús; “La retirada”, escrita por José Alfredo Jiménez; "Pobre del pobre", escrito por Adolfo Salas; “El retrato de mamá”, escrito por M. Falero y C. Russo; “Sin explicaciones”, escrito por DR; "Castigo", escrito por Edmundo Arias; y "Sombras nada más", escrito por Franciso Lomuto y José M. Cortusi.
Este último número es un clásico del género, y está considerado como uno de los temas más exitosos del repertorio de Pirela. Todas estas canciones aparecen en el disco "Recordando a Felipe Pirela". La voz de Héctor Lavoe los lleva a un nivel completamente nuevo, asegurando su éxito continuo entre los fanáticos.
Para Héctor Lavoe, con su estilo popular, callejero y desafiante, asumir el género bolero fue un enorme desafío en su carrera profesional. Aún más desafiante fue interpretar canciones tan importantes de Felipe Pirela; sin embargo, estuvo a la altura del desafío. En 1979, el lanzamiento del álbum fue un verdadero logro.
Los medios de comunicación elogiaron las impecables interpretaciones de Héctor Lavoe. En la producción del álbum, no se repararon en gastos. Ofreciendo sus participaciones estuvieron músicos consagrados como Carlos Francetti, Jorge Calandrelli y Loui Cruz, quienes se encargaron de los arreglos musicales. También se hizo una cuidadosa consideración en la portada: un dibujo de Héctor Lavoe en una pose romántica y enigmática, muy apropiada considerando el contenido del álbum. La producción provocó un gran revuelo en el mundo de la música; nadie podría haber anticipado la reacción del público o las extraordinarias ventas de las que se jactó desde el día de su lanzamiento. Este éxito impulsó a Fania Records a reeditar el disco, no solo por su enorme atractivo, sino como una forma de satisfacer las demandas de los coleccionistas de estos dos grandes artistas. Con esta producción, Héctor Lavoe puso a prueba sus múltiples talentos. Es un artista muy querido con más de 200 canciones grabadas en 11 álbumes con la Orquesta Willie Colón, y nueve álbumes como solista, sin contar su participación con Tito Puente y la Fania All Stars.
Sus pasos en una dirección musical que era completamente nueva para él resultaron en un éxito profesional que lo dejó completamente satisfecho. Su sueño se había hecho realidad: había rendido un merecido homenaje a uno de sus colegas, su amigo con quien tenía tanto en común. Los fanáticos fueron indudablemente influenciados por las controvertidas personalidades de Héctor Lavoe y Felipe Pirela. Estos dos grandes artistas nunca lograron realmente la estabilidad emocional. Irónicamente, ambos estuvieron marcados por un destino dramático con un resultado fatal. Después de cortas, pero brillantes y exitosas carreras musicales, ambos murieron jóvenes. Felipe Pirela murió el 2 de julio de 1972 a la edad de 31 años; Héctor Lavoe, el 29 de junio de 1993 a la edad de 47 años.
Escrito por Angel Iturralde Valdés