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FUEGO EN EL 23

La compañía musical proveniente de Ponce, Puerto Rico, creada por el venerable Enrique "Quique Lucca" Caraballo en 1954, evolucionó del Conjunto Internacional, también formado por Lucca, en 1944. El grupo se unió al bongo jugador Antonio "Tato Santaella". así como el trompetista y guitarrista Filiberto Ojeda Ríos, quien luego ganó fama y reconocimiento como trompetista del mundialmente reconocido músico cubano Arturo Sandoval, quien también fue el famoso líder del movimiento de independencia puertorriqueño.

Lucca era una gran fanática de La Sonora Matancera y su estilo musical, que incorporaba una sección de percusión completa con solo trompetas en la sección de metales, armonizando con el piano y la voz. Al nombrar a su banda, Don Quique, como se le conoce cariñosamente en todo el mundo de la música, agregó no solo su homónimo cubano, sino también el nombre de la ciudad donde se originó el grupo: Ponce, Puerto Rico. En ese momento, nació la mundialmente conocida Sonora Ponceña.

El celo de la banda por la expresión musical cubana es evidente en las canciones elegidas para esta grabación, especialmente en Fuego en el 23, un éxito escrito por el legendario Arsenio Rodríguez. El número se convirtió en un enorme éxito, y con el tiempo, fue emblemático de Ponceña. Sin duda, la obra maestra contribuyó al marcado reconocimiento internacional que ahora disfruta la legendaria Sonora Ponceña.

Otra canción magnífica, el éxito del bolero Nosotros, también fue un gran éxito que se convirtió en un clásico, uno que ahora se escucha constantemente, y sin duda vivirá en el futuro.
El número de merengue El sancocho prieto, escrito por el compositor dominicano Luís Alberti, también fue muy popular y ampliamente distribuido en todo el mundo.
Este álbum también incluye la canción Tercio de acero, una de las primeras composiciones del distinguido compositor puertorriqueño Catalino "Tite" Curet Alonso, quien ya había comenzado a obtener el reconocimiento como maestro de la inspiración musical contemporánea, y pronto estaría mostrando sus talentos. como parte integral de la evolución del género musical que luego se conocería como salsa.
La producción muestra la destreza de un sensacional pianista graduado del Conservatorio de Música de Puerto Rico: Enrique Arsenio "Papo" Lucca. El hijo mayor del director de orquesta se grabó por primera vez a la edad de 12 años; Desde entonces, ha sido considerado un virtuoso. El piano de "Papo" es sin duda uno de los pianos más explosivos de la tradición musical caribeña, y sus múltiples colaboraciones musicales adornan indiscutiblemente el estilo caribeño adornado.
"Casabe sabe", escrito por el legendario Quito Vélez; "Deseo salvaje", de Víctor Rivera; “El hablador”, de Julio Barreto; "Caridad", del querido Patato y Totico; "Rinkinkalla", de Juan Bruno Tarraza; y "Aprendí más que tú", de Luis Guillermo Texidor, completan la excelente mezcla de canciones que hacen de este álbum un clásico de la época. Los compositores boricua, dominicano y cubano se vierten en los arreglos magistrales de Luccas, dando a la producción el sabor caribeño que solo Sonora Ponceña puede ofrecer.
Actualmente, Sonora Ponceña ha disfrutado más de 50 años como institución musical, no solo en su Puerto Rico natal, sino en todo el mundo. Su larga trayectoria en la música afro-caribeña ha visto muchas producciones musicales excelentes y canciones exitosas, pero al estudiar su aumento en popularidad en todo el mundo y la historia, es imprescindible comenzar con el álbum Fuego en el 23. Este es el álbum que explotó Las puertas del éxito se abren para el grupo ahora dirigido por Papo Lucca, quien ha seguido los pasos heroicos de Don Quique.

“En el 23 de la 110
no se puede estar tranquilo
te diré por qué
Fuego ... que vengan los bomberos ... que me quemo "

"En el edificio 110, piso 23
Nadie descansa en paz
¿Por qué?
¡Fuego! Trae a los bomberos! ¡Me estoy quemando vivo!

Escrito por Juan Moreno Velázquez